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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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05-08-2009

 

 

Emiliano Cotelo

Entrevista a Raúl Rodríguez candidato a presidente por la Asamblea Popular

SURda

 

Entrevista de Radio El Espectador - Montevideo

 “Mujica y Astori son exactamente lo mismo”

El candidato a la Presidencia por la Asamblea Popular, Raúl Rodríguez, criticó duramente al Frente Amplio y consideró que el partido de gobierno no cumple con el programa y en muchos casos tampoco con los principios históricamente proclamados. Con respecto a su plataforma política, afirmó que se propone reivindicar el proyecto tradicional de la izquierda y consideró fundamental declarar la moratoria de la deuda externa para llevar a cabo los cambios necesarios. Agregó que el camino no pasa sólo por las elecciones sino que es a largo plazo, y se definió como radical ya que busca “ir a la raíz de los temas”, siempre “tratando de llegar a la población a través del régimen democrático”.

EMILIANO COTELO:

El partido Asamblea Popular (AP) se presentó por primera vez a una elección el pasado 28 de junio, y la cantidad de votos que obtuvo dejó sorprendido a más de uno: logró 4.300 votos, con lo que se ubicó en cuarto lugar detrás del Partido Nacional (PN), el Frente Amplio (FA) y el Partido Colorado (PC), y arriba del Partido Independiente (PI).

Integrado por sectores de izquierda desencantados con el gobierno del FA, este grupo político va ahora a las elecciones procurando obtener representación parlamentaria.

En su plataforma, la AP convoca a la “liberación nacional para conquistar la soberanía y avanzar en el camino al socialismo”. Se siente cercana a Venezuela, Bolivia y Ecuador, y reivindica el régimen cubano.

¿Quiénes son los integrantes de este movimiento de izquierda extra-FA? ¿Cómo se ubican en el tablero político? ¿De qué manera enfocarán su campaña rumbo a octubre?

Para charlar de estos y otros temas, estamos en diálogo con Raúl Rodríguez, candidato a la Presidencia por AP.

 

EC - Lo hemos ubicado en Paysandú, donde reside habitualmente.

RAÚL RODRÍGUEZ:

Sí, resido en Paysandú; ahora estoy en una recorrida por el interior del departamento.

EC - Usted vive en Paysandú, tiene 66 años, y su profesión está vinculada al teatro y a la docencia; ¿cómo es eso?

RR - Soy vocacionalmente un hombre de teatro, prácticamente desde niño. Al principio la vocación se despertó por el lado de la actuación, y ahora estoy más plenamente dedicado a la dirección, a la puesta en escena, y lo que más me gusta es ejercer la pedagogía teatral. En ese sentido trabajo en Paysandú, donde he tenido un grupo muchos años, incluso organizamos la que hasta hace poquito tiempo era la única muestra internacional de teatro que se hace en Uruguay. Y trabajo además mucho fuera del país, en América Latina, en Rusia, el año pasado incluso en Irán, en Francia, en Polonia, lo cual me da mucha satisfacción.

EC - Para muchos, cuando se conoció el nombre del candidato a la Presidencia de AP, el nombre Raúl Rodríguez decía poco. Su trayectoria política no ha sido muy difundida, no ha tenido un protagonismo fuerte. Se remarca su antecedente en el MLN-Tupamaros, usted fue dirigente del MLN en los años previos a la dictadura y también durante la dictadura.

RR - En los años previos a la dictadura fui un integrante de la organización en su aparato militar. Me tocó un rol que pudo ser un poquito más importante en la posdictadura, por haber estado requerido y después preso y detenido en la dictadura de Pinochet, y luego en la lucha interna nuestra, por retomar el camino del proceso revolucionario y de lucha contra la dictadura en los años 74 y 75, lo que me trajo nuevamente a Uruguay. En ese último tramo formé parte del último organismo de dirección del MLN, que tenía como propósito reorganizar al MLN y enfrentar a la dictadura.

EC - Su compañera de fórmula también viene del interior. Es Delia Villalba, de Fray Bentos, Río Negro, conocida por su militancia anti-Botnia.

RR - Sí, claro; tenemos muchos orgullo de tenerla formando parte de esta fórmula, y de que esté en AP, porque es una militante reconocida, una mujer que enaltece su género. Fue edil del MPP, hasta que tuvo que renunciar porque ella quería seguir diciendo las cosas tal cual eran sobre todo en los temas ambientalistas en la Junta. Ha seguido con su lucha y seguramente ahora mucha gente en la misma Fray Bentos le empieza a dar la razón, por los resultados actuales de ese proyecto.

EC - ¿En qué sentido dice que mucha gente le da la razón?

RR - No es fácil dar la razón cuando uno ha estado caprichosamente en contra o ha estado engañado. En este momento Fray Bentos tiene el índice más alto de desocupación del país, en contra de la expectativa que todos teníamos, incluso aquí en Paysandú, donde mucha gente se formó, trató de prepararse para ir a trabajar a Botnia, y no pasó nada. Hoy Botnia ya es un símbolo de otra cosa, no del trabajo; eso ocurrió durante un tramo muy pequeño, hoy trabajan unos 40 fraybentinos en la planta.

EC - Otro de los nombres de AP es el doctor Helios Sarthou, que va a encabezar todas las listas al Senado.

RR - Sí; Sarthou es fundador de AP. AP nació dentro del propio Frente en 2006, posteriormente hizo un trabajo de unidad con otros grupos de izquierda extrafrenteamplistas, y ahora ha retomado su rol dentro de Asamblea como un aliado con la Corriente Fundacional de Izquierda (CFI), y en general todos los grupos lo vamos a llevar para que la ciudadanía lo vote y sea nuevamente senador.

EC - ¿Qué es AP, esta corriente, este movimiento que tiene poco más de tres años de existencia, que se fundó en abril de 2006? La audiencia probablemente conozca a algunos de los sectores, como el 26 de Marzo. ¿Qué define a este sector que ahora se ha convertido en un partido fuera del Frente?

RR - El primer elemento de unidad que se dio en 2006 fue el análisis compartido de que el gobierno y la propia fuerza política no estaban cumpliendo con el programa y en muchos casos tampoco con los principios de la izquierda. El primer propósito fue tratar de rectificar desde dentro ese rumbo equivocado, pero eso fue prácticamente imposible, no hubo posibilidad en los lugares naturales donde uno puede dar la lucha, que son los congresos, eso prácticamente está cerrado y todos sabemos cómo funciona. La audiencia seguramente lo tiene bastante claro. A pesar de otras cosas que vean como positivas, el Frente como tal no funciona como funcionaba antes. Todo lo democrático que era el movimiento, con la participación activa de la gente, los comités de base, los plenarios, los congresos, eso ya no existe. Entonces no tuvimos más remedio que salir a la intemperie.

Nuestro propósito es reivindicar el proyecto tradicional de la izquierda. La izquierda de nuestro país, que no nació con el FA, que es una acumulación de fuerzas de muchos años, siempre planteó un gobierno de carácter popular que abriera camino al socialismo. Y esto partía del análisis que reivindicamos y señalamos permanentemente, de que dentro de este sistema capitalista e imperialista no hay ninguna solución, no solamente para nuestro pueblo uruguayo sino para ningún pueblo del mundo, porque de hecho lo que hace el sistema y nosotros en su marco es acentuar la dependencia. Ese es el primer punto, son cuestiones si se quiere de principio para llamarse de izquierda.

EC - Yo he escuchado o leído declaraciones del doctor Sarthou reivindicando las inercias ideológicas en respuesta a planteos críticos venidos del propio senador Mujica. ¿Qué es eso de las inercias ideológicas?

RR - Reivindicamos que eso está cada vez más vigente. Porque algunas personas dicen que el mundo ha cambiado, pero ¿en qué sentido ha cambiado? En esencia el mundo sigue siendo el de antes, pero con una problemática todavía más agudizada. Ahora estamos en plena crisis, que no es financiera, es una crisis integral del sistema. Con más razón entonces tenemos que reivindicar ese proyecto y plantearnos como fuerza política –aunque seamos pocos y seamos un partido nuevo– que hay un programa que todavía está vigente, que hay que adecuar a esta realidad, con el cual podemos empezar a salir de esa dependencia y apuntar en la dirección estratégica en que siempre apuntó la izquierda, que no era repetir la política económica de los sectores dominantes, de los ricos de este país, de la oligarquía.

Estamos plenamente convencidos de que el camino de AP no pasa solamente por las elecciones, esto es un tránsito circunstancial en el cual estamos comprometidos con el objetivo de lograr una representación parlamentaria, de volver a colocar al compañero Sarthou en el Senado y tener algunos diputados. El proyecto es a mucho más largo plazo, y la parte más fuerte comienza el año que viene, cuando, gobierne Mujica o gobierne Lacalle, mucha gente vendrá a decirle a AP “ustedes tenían razón”, como ya ha pasado en algunas cosas puntuales.

EC - ¿Qué grupos forman parte de AP?

RR - AP está compuesta por el Movimiento 26 de Marzo; el Partido Comunista Revolucionario; el grupo Avanzar, que tiene radicación en San José, pero tiene ramificaciones en distintas partes del país; el Movimiento de Defensa de los Jubilados (Modeju); el Partido Humanista, y tenemos alianzas electorales con el compañero Sarthou, con quien se ha conformado una unidad AP-Izquierda Unida; con la CFI; con el grupo Refundación Comunista; con el Partido Bolchevique, que son compañeros comunistas que se fueron apartando del partido disconformes con este seguidismo que el PCU como partido de clase no debería hacer de una propuesta que para nosotros es esencialmente la misma del PN. Aparte hay personalidades independientes, dirigentes sindicales como Gustavo López; el compañero Gonzalo Abella, un profesor, investigador, historiador muy respetado; el compañero demógrafo Macció, y compañeros que como en mi caso somos independientes, formamos parte de algunas organizaciones, luego estuvimos en el FA desde sus orígenes, y ahora estamos en carácter de independientes, como también la compañera Delia.

EC - Parece claro que el hecho de que AP esté formada, entre otros, por el 26 de Marzo le asegura una estructura y recursos económicos que son una base interesante. El 26 de Marzo se caracteriza por ser un grupo organizado, tiene una radio, tiene un diario, pero además, a partir de empresas que maneja tanto aquí como fuera del país, cuenta con posibilidades económicas que otros grupos de izquierda no tienen. ¿Cómo juega ese factor?

RR - Desde el punto de vista de la valoración de la importancia del 26 de Marzo en este proyecto de AP es indiscutible. Pero yo lo tomaría por el lado de que ha sido una de las pocas organizaciones que han sido muy coherentes, consecuentes con estas ideas, lo que le ha permitido jugar un rol bastante protagónico tanto en la creación como en el desarrollo actual de AP. Desde el punto de vista económico ya no tanto, quizás en alguna época los compañeros tuvieron medios y posibilidades de los que hoy carecen. Es indudable la importancia de tener un medio, que además requiere mucho trabajo –usted lo sabe, ha estado en un medio consecuentemente desde hace años–, lo mismo que la prensa..

Hoy tenemos una problemática bastante seria desde el punto de vista económico, porque no tenemos recursos. Tanto a la radio como a La Juventud les han sacado todos los avisos del Estado que tenían, incluso en épocas de gobiernos de derecha, del PC y el PN; este gobierno frenteamplista le ha quitado ese oxígeno que son para los medios los avisos de las empresas públicas. Hace poco tiempo releía una [edición de] Marcha de la época de Pacheco, y aun con aquella confrontación tan dura que había, con esa semidictadura o predictadura, los avisos del Estado salían en Marcha, que era un opositor tenaz del régimen. Parece mentira que pasen estas cosas ahora con un gobierno que se autodenomina de izquierda.

EC - Está claro que ustedes están fuertemente enfrentados con el gobierno del FA. Pero me quedaba consultarle, a partir de la enumeración de los grupos que hizo recién, ¿qué dice cuando se resume a AP como una “alianza de grupos de ultraizquierda”?

RR - Es una manera un poco peyorativa de hablar, en la enunciación ya hay una manera de inducir al que escucha a apartarse de una posición que podría ser extremista, tirabombas, medio terrorista. Somos radicales en el sentido de que buscamos un cambio radical de la sociedad.

EC - Ustedes hablan de radicales, no de ultraizquierda.

RR - Claro; cuando estábamos en el FA, en el 71, la prensa de derecha muchas veces hablaba de “los radicales” para referirse a la izquierda en general y más particularmente al PCU, al MLN. Y recuerdo haberme encontrado con una frase de Marx que decía que a ellos en aquel momento los querían aislar tildándolos de radicales, y decía claramente: “Sí, tenemos que decir que somos radicales, porque ¿qué hay más radical que un cambio de la sociedad?”. En ese aspecto nos reivindicamos como radicales porque queremos ir a la raíz de los temas, no quedarnos en la superficie, en la superestructura, que lamentablemente es lo que vemos, porque si uno analiza la campaña política, no tiene nada de campaña de política como las que vimos en otras épocas, en las que había una oposición y una lucha de puntos de vista, de pensamientos diametralmente opuestos con respecto a nuestro país, qué hacer con nuestro país. Acá pelean por ver quién es más pronorteamericano o más promultinacionales, cosas por el estilo.

EC - ¿Qué relación tienen con algunos grupos de agitación que se mueven a nivel sindical, a nivel gremial estudiantil, también a nivel político, por ejemplo el sindicato del taxi, Suatt, la corriente más dura de Afcasmu, sectores del gremio de estudiantes del IPA, Plenaria Memoria y Justicia, Fogoneros, grupos de militantes que siempre participan en movilizaciones que en algún momento se complican y llegan a incluir hechos violentos?

RR - Los grupos que llevan adelante esa metodología merecen nuestro respeto, es una manera de enfocar, pero no estamos trabajando en esa dirección, honestamente pensamos que hay que dar la lucha con nuestras ideas, tratando de llegar a la población a través del régimen democrático. Lógicamente, hay una situación que hay que analizar. No hay que olvidar que en este momento, para lo que fue la izquierda y su manera de luchar, si hablamos de los temas a nivel sindical, muchos compañeros de base o del sindicato se sienten muy desilusionados con la conducción actual del PIT-CNT, que ha roto con la normativa elemental, de principios de los sindicatos, de no estar detrás de un partido político, de mantener la independencia de clase. Pero gobierne quien gobierne en el futuro, seguramente este estado que ha permitido el PIT-CNT de que no haya luchas, de que haya la menor cantidad de luchas posible, no va a durar mucho, porque además estamos enfrentados a una crisis muy profunda, que nos va a afectar mucho más el año que viene que este año.

EC - Pero ¿qué posición tienen y qué coordinación tienen con este tipo de grupos?

RR - No, no tenemos ningún tipo de coordinación con grupos que en alguna manifestación desarrollan actos violentos. Cuando convocamos a un acto, convocamos desde el punto de vista de la proclama, de la movilización, no estamos detrás de ningún acto violento, porque creemos sinceramente que eso no corresponde en esta etapa histórica.

EC - ¿Tienen coincidencias con Plenaria Memoria y Justicia, por ejemplo?

RR - Por supuesto, con los grupos de izquierda, incluso de ‘ultraizquierda', coincidencias siempre hay, en algún punto, en algunas cosas muy especiales hasta con el FA puede haber, pero como organización con un programa, con una metodología de lucha, no estamos coordinando ninguna acción. Hace un tiempo salió un artículo, no recuerdo si en Brecha o en Búsqueda, que nos unía o que hablaba de 26 de Marzo y Fogoneros; no tiene absolutamente nada que ver una cosa con la otra, con todo el respeto por la gente que lucha a su manera. Nosotros creemos que hay que luchar en el marco democrático, como lo estamos haciendo, y ojalá la clase dominante, el imperialismo, los ricos de este país, permitan a la izquierda verdadera, auténtica, dar la lucha en este marco, como pasa en otros países. No queremos generar o provocar hechos violentos.

***

EC - Como decíamos, AP obtuvo en las elecciones internas cerca de 4.300 votos, fue el cuarto partido más votado, y se ubicó por arriba del PI. Si hablamos de antecedentes, vamos a las elecciones nacionales del año 2004 y tomamos en cuenta el 26 de Marzo y la Corriente de Izquierda, que entonces estaban dentro del FA, entre los dos estaban por arriba de los 37.000 votos, en total eran más del 3% de los votos del FA. ¿Cuál es la aspiración ahora?, ¿qué es lo que vislumbran rumbo a octubre?

RR - La realidad de aquel momento era diferente de esta, estar fuera del FA implica una dificultad para el crecimiento, por lo menos en la primera etapa; no podemos pensar que esos votos a venir automáticamente. Pero incluso podemos superar esa cantidad.

Nuestra expectativa es crecer en relación con nuestras posibilidades reales. Me refiero a la posibilidad de colocar parlamentarios, y quizás podamos lograr poner a Sarthou en el Senado. Esto implica analizar la realidad que se dio en las últimas elecciones internas. Hay una realidad muy clara para el Frente, primero que para nadie, que suponemos que se ha analizado muy bien, que es la cantidad de gente que fue a votar en blanco y anulado, que aun con el día que había, que no era muy propicio para ir a votar, se tomó el trabajo, como acto militante, de ir a votar; fueron alrededor de 20.000 personas; y después toda la gente frenteamplista que no fue a votar como tradicionalmente va. Y si a eso le agregamos la gente frenteamplista, los compañeros que de buena fe votaron a Mujica creyendo que era una cosa diferente de Astori, y ahora la realidad les demuestra que es exactamente lo mismo, y peor aún, que Astori va a seguir con el timón de mando de la economía, tenemos en esas direcciones mucho para crecer. Todo depende de cómo trabajemos y de que los medios en general, como lo está haciendo usted ahora, nos den la posibilidad de expresar nuestro pensamiento.

EC - Y en la eventualidad de una segunda vuelta entre el FA y el PN, ¿qué votaría AP?

RR - Tenemos ese tema en discusión para tomar una posición definitiva.

EC - Usted a título personal ya ha declarado que nunca votaría al FA.

RR - Claro, no; le digo más: en todos los lugares que recorro, en los actos, en el interior, entre la gente que está dentro de AP no conozco casi personas que quieran votar al FA en segunda vuelta. Pero también es lógico pensar que haya gente que vote a AP, y que en última instancia –el FA está trabajando en esa dirección, como hace siempre la socialdemocracia, “o me votan a mí o viene lo peor”–, en la segunda vuelta va a recibir el mensaje “o yo o Lacalle”. Eso trabaja la conciencia de la gente que ya estaba para irse del Frente, a la que están tratando de recuperar asustándola con la posibilidad de que venga Lacalle. En esa decisión vamos a respetar la voluntad de la persona de votar a AP en primera vuelta, en octubre, y después en el balotaje, si quiere, que vote al FA. Pero nuestra recomendación no va a ser votar al FA en la segunda vuelta, sería un contrasentido.

EC - ¿Cuáles son el pensamiento y las propuestas de AP? Tengo aquí a la vista un folleto de divulgación que se titula “Plataforma electoral. Por un país con soberanía política e independencia económica”. Es un documento referido a la posibilidad de triunfar en las elecciones nacionales, que replantea todas las banderas que la izquierda levantaba en los años sesenta y setenta, y las coloca todas juntas en un papel que a primera vista resulta chocante. No por las ideas en sí mismas, sino porque parece algo voluntarista. Por ejemplo, ¿cómo se hace para aplicar y financiar al mismo tiempo medidas como nacionalización de la banca, de la tierra, del comercio exterior, de los puertos y aeropuertos, nacionalización de las principales industrias del país, la frigorífica, de cueros, lácteos, arroz, forestal, minería y software? “Se hará efectivo el derecho al trabajo, logrando la máxima ocupación de la población en las actividades productivas. Aumentos del salario del sector privado urbano y rural y de los funcionarios públicos. Se fijará el salario mínimo nacional equivalente a media canasta básica. Se declarará la moratoria de la deuda externa”.

Estos son nada más que algunos ejemplos de un largo listado muy detallado. Da la impresión de que se proponen estas medidas porque saben que no van a ganar las elecciones.

RR - No, no.

EC - Se podría pensar eso.

RR - Eso apunta a lo que usted mismo dijo, a reivindicar lo que han sido las banderas, los principios, los programas que identifican a la izquierda. De hecho, si no hubiera un FA que se reivindica de izquierda la confusión sería menor. Nosotros no colocamos caprichosamente títulos de cosas que puedan traer a colación el pasado del FA, se ha hecho un estudio. Ahí hay mucho trabajo de una comisión de programa que trabajó prácticamente dos años y con participación de la gente. La comisión de programa no se encerró a elaborar una plataforma o un programa –porque eso es reflejo de un programa mucho más extenso que eso–, hubo una participación activa hasta el día de la aprobación, que fue el 14 de marzo, en una gran asamblea de adherentes en la que hubo incluso aportes de compañeros participantes en algunas direcciones importantes, como el aspecto económico, la educación, la cultura, el tema de la mujer. Esas cosas son parte de un proceso que debe hacer nuestro país, suponiendo que AP gobernara o ganara las elecciones.

EC - Implícitamente dicen que esto es lo que debió haber hecho el FA al ganar las elecciones anteriores.

RR - Exactamente; por lo menos apuntar en esa dirección.

EC - Ese es el punto, porque ustedes enumeran todas estas medidas, y por lo menos en una primera lectura da la sensación de que las proponen para aplicarlas todas juntas.

RR - No; está muy claro que si uno, por ejemplo, no hace moratoria de la deuda externa no tiene el dinero suficiente para hacer otras cosas. Por ahí empezamos, porque hoy que estamos pagando más de 900 millones de dólares anuales de intereses de la deuda y el año que viene vamos a pagar 1.820 entre deuda e intereses; si esos dineros se destinaran en otra dirección se podrían hacer otras cosas que están planteadas en el programa. Se habla mucho del financiamiento externo, de las multinacionales que vienen a invertir, como Botnia y todas las que están programadas en la misma dirección, que lamentablemente nos dejan bastante mal en todos los aspectos, pero tenemos otras posibilidades.

Yo citaba hace unos días lo que se hace en otros países, es importante tomar en cuenta que en otros países de América Latina se está desarrollando un programa de estas características, como el de AP. Y en el orden de inversiones extranjeras hay posibilidades de hacer acuerdos, por ejemplo con Irán, que es un socio comercial bastante importante de Uruguay, y sin embargo este gobierno no ha tenido ningún acercamiento desde el punto de vista de la inversión, que habría sido importante; por poner un ejemplo, Venezuela acaba de hacer un acuerdo por una fábrica de tractores, algo que es tan importante para nosotros. No se trata de algo caprichoso o demagógico –la demagogia es lo que campea en estas elecciones, en todos los candidatos–, es un programa que reivindica todo lo que fue el programa de la izquierda y lo pone nuevamente sobre la mesa. Lógicamente, en el ejercicio del poder político hay que ir por orden, no se puede decretar la reforma agraria de un día para otro, ahí dice muy claramente que se aplicaría un impuesto a la producción mejorada (Improme), que es un camino viable para desarrollar una política que culmine con una gran reforma agraria.

EC - Ya que usted mencionó en primer lugar y como una herramienta para poder aplicar algunas otras medidas la declaración de la moratoria de la deuda externa, ¿cómo imagina que se puede manejar un gobierno que adopta una resolución como esa, porque a cualquier país en esas condiciones se le complica mucho el funcionamiento en el sistema financiero internacional y en el mundo de los negocios?

RR - Con esas cosas a veces nos quieren asustar, con el tema de que no podemos hacer nada porque estamos en el marco de todo un sistema que si damos cualquier paso para liberarnos, para independizarnos, nos va a castigar. Y ya está demostrado que no es así. Pongamos el ejemplo de un gobierno que para nada asumió como revolucionario ni de izquierda, ni siquiera como muy progresista, como el gobierno argentino, y sin embargo en el tema deuda externa hizo una renegociación muy importante, declaró que no iba a pagar más del 30% de la deuda. Hubo un escándalo a nivel mundial, parecía que a Argentina la iban a castigar no sé con cuántas cosas, pero no pasó nada.

EC - No es que no haya pasado nada, tuvo sus consecuencias.

RR - Sí, pero no han sido consecuencias que paralicen al país. Sin embargo, al haber destinado esos dineros al desarrollo argentino seguramente en el balance de las dos posibilidades el gobierno se siente orgulloso de haberlo hecho. Nosotros podíamos haber incursionado por ese camino por lo menos, pero fuimos por el otro, incluso superamos a los partidos tradicionales porque pagamos por anticipado la deuda. Estamos siempre pensando en esa dirección, por algo nos alaban; cuando el enemigo nos alaba tenemos que pensar que algo mal estamos haciendo. La izquierda siempre dijo que nuestro enemigo era el imperialismo, y sin embargo nuestro futuro vicepresidente, hombre fuerte de la economía, cuenta con toda la confianza de los centros financieros del mundo, de los poderosos del mundo. Ahora cuando fue al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) no fue como candidato a la Vicepresidencia, fue a hacer un panegírico del BID, es un hombre de confianza que va a hablar y a elevar la consideración del BID. Cuando esos organismos están en crisis y son mal vistos por varios países del mundo, son cuestionados –también el Fondo Monetario–, nuestro hombre de la economía sale a defenderlos, a alabarlos.

Todo depende de qué visión tengamos del país, por qué camino queramos solucionar la problemática dolorosa del pueblo uruguayo, si será con asistencialismo, con préstamos, con multinacionales que vienen a invertir para llevarse el oro y el moro de acá y dejarnos la tierra destruida, o si queremos verdaderamente, como uruguayos, salir con las ideas de Artigas. Lo primero que tendríamos que hacer sería ser consecuentes con el artiguismo verdadero y no andar preguntándonos si tiene que estar en el mausoleo o fuera del mausoleo. La consecuencia del artiguismo es un programa de liberación nacional, y el tema de la tierra en ese programa era vital.

EC - Para citar otro rubro que ya mencioné, ¿qué espacio tiene el sector privado en el proyecto de país de AP? Porque ustedes hablan de nacionalizar las principales industrias, la frigorífica, la de cueros, los lácteos, el arroz, la forestal, la minería y el software.

RR - La empresa privada tiene que tener un rol, pero el Estado debe ser el eje de la actividad económica.

EC - ¿Qué quiere decir eso?

RR - Tiene que tener una planificación, el Estado no puede estar ausente de todos los temas o tener una presencia meramente formal, entonces cada cual viene y monta lo que quiera. En las inversiones extranjeras, lo que se fija y se mira de un inversor es cuántos miles de millones de dólares trae, no para qué los trae y qué va a hacer con ese dinero. Sin embargo desde nuestra concepción el Estado puede y debe decirle al inversor privado, ya sea nacional o extranjero: “Usted tiene tanto, pero ¿qué piensa hacer? Nosotros tenemos un plan económico; dentro de ese plan usted encaja perfectamente”. O: “Perdóneme, usted tendrá 1.000, 2.000 millones de dólares, pero no encaja con este programa. Busque otro lugar, otro país que esté más abierto, que esté trabajando en otra dirección”..

EC - Ustedes hablan de nacionalizar las principales industrias.

RR - Lógico, como un proceso, algunas industrias que son vitales, que en determinado momento pueden ser de carácter estratégico para el país. Sería una interpretación bastante superficial y casi infantil decir que uno va a aplicar un programa en un día, que asume un presidente y ya que quiere aplicar todo el programa. Es parte de un proceso que va a llevar sus años, pero hay que empezar por algunas cosas.

EC - ¿En el sueño de ustedes el Estado debería llevar adelante esas actividades centrales?

RR - Sí, claro, lógicamente. Aparte, eso no es una reivindicación solamente de la izquierda. Hoy los países capitalistas le están dando un rol importantísimo al Estado para hacer el salvataje de todo el sector financiero, que se hizo la fiesta con todo este tema.

EC - Son soluciones transitorias.

RR - Están recuperando el rol del Estado, mientras acá unos y otros compiten por cuál le va a dar menor importancia. En el programa del FA se mencionan algunos puntos, que sanamente fueron propuestos por alguien, pero que están planteados de una manera tan en condicional que no se puede hablar de un programa de izquierda, desde el punto de vista del Frente.

EC - ¿Ustedes no coinciden con ningún sector del FA?

RR - No, en este momento, no. Hay partidos y organizaciones dentro del FA que tienen una trayectoria y una tradición de lucha dentro de la izquierda, con ideas revolucionarias, y eso debe estar en muchos compañeros de base, pero hoy las direcciones de esos partidos están atrás de otro proyecto. Si no, ¿cómo podría el PCU después de que se entera de que quien va a dirigir la economía es Astori quedarse tan tranquilo, ni siquiera diga “entonces me engañaron como partido, yo creía que estaba atrás de Mujica, porque Mujica iba a hacer un proyecto distinto del proyecto de Astori”? Hay un acomodarse, un repartirse cosas que es ajeno a lo que fue siempre la izquierda, los principios generales de la izquierda y lo que cada militante, cada dirigente lleva adelante. ¿Cómo podemos comparar a un Lorier con un Arismendi, por poner un caso? Históricamente hemos coincidido con el PCU en muchas cosas, y seguramente en el futuro, cuando el PCU reaccione, cuando su base reaccione, estaremos juntos en este proyecto de AP o como se llame, reivindicando todas las banderas de la izquierda, los programas y los principios de la izquierda.



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